El terremoto de Montesa en 1748 y Xixona

El siglo XVIII fue un periódico muy activo sísmicamente en la región Ibero-Mogrebí, la nuestra, ya que se produjeron los terremotos de Montesa del 23 de marzo de 1748, de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, el más terrible que ocasionó daños también en la península Ibérica y norte de África y el de Orán del 10 de octubre de 1790.

Eso sí, ninguno de ellos provocó daños en la ciudad de Xixona. En este trabajo nos centraremos en el terremoto de Montesa de 1748.

Posible vista del castillo antes de los terremotos. Detalle del lienzo Santa María de Montesa y las mártires Lucía y Águeda ejecutado hacia 1720 por José Amorós y conservado en la iglesia de Montesa.

Fue  el 23 de marzo de 1748 cuando un terremoto sacudió la comarca de la Costera y en especial la población  de Montesa. El historiador Teodoro Lorente narraba así lo sucedido: “Amanecía el día 23 de marzo de 1748. Después de copiosas lluvias, sonreía hermosa la primavera… Los clérigos del Sacro Convento habían rezado en coro las Horas menores, y algunos de ellos estaban celebrando misa. De pronto sintieron temblar la tierra a sus pies, bambolearse las paredes y desplomarse las bóvedas con horrible estrépito. Eran las seis y cuarto de la mañana. La iglesia y todas las construcciones del castillo se venían abajo. Un prolongado trueno salía de aquellas ruinas y una nube de polvo las envolvía. A las dos horas, otra sacudida completó la destrucción. Repitióse el estrépito y la polvareda; caían rodando por la montaña los sillares desprendidos de los muros…”

Castillo de Montesa. Fotografía de Millars

La magnitud del terremoto se desconoce con exactitud, aunque siguiendo los trabajos de Martínez Solera se podría estimar en 6.1, lo que supone una gran capacidad de destrucción para el territorio valenciano, que no se haya preparado para estos siniestros.

En Montesa destruyó prácticamente el castillo resultando sepultados la mayoría de sus habitantes causando el fallecimiento de 18 personas.  El historiador Josep Teixido lo narra así:

“En el día 23 siendo como las seis y media de la mañana, repentinamente, y sin dejarse advertir aquel rumor previo, que suele preceder a los grandes terremotos, empezó a estremecerse todo el castillo por todas sus partes con tantas y tan violentas conclusiones, que no caben en ninguna exageración…Duraría según la más exacta observación cerca de dos credos todo el estruendo; habiendo hecho una pequeña remisión en su tercera parte de las cuatro que le componían…”

Los frailes de la Orden de Montesa supervivientes fueron trasladados en julio de 1748 a Valencia, a la iglesia del Palacio del Temple, hasta que el rey Fernando VI, a la postre maestro de la orden decretó la construcción de un nuevo convento.

Este terremoto fue seguido de un buen número de réplicas hasta el día 2 de abril donde se produjo prácticamente la destrucción de toda la zona

Tanto Joseph Teixidó en su obra Relación del terremoto y sus efectos que padeció el Sacro Convento de Montesa en el dia 23 de marzo de 1748 como Esteban Félix Carrasco en su Relación  puntual circunstanciada de las ruinas y extragos causados por los terremotos que se iniciaron en varias partes del Reino de Valencia, los días 23 de marzo y 2 de abril de 1748, ambas obras publicadas ese mismo año, detallan los daños causados. Así Estubeny sus 11 casas y la villa señorial fueron destruidas por lo que sus vecinos se refugiaron en el campo o en otras poblaciones de los alrededores. En Moixent algunas casas tuvieron que ser apuntaladas.

Joseph Teixidó nos cuenta como se apreció el terremoto en Valencia, capital del reino:

(…)que el citado dia 23 a la hora expreffada, temblaron todos los Edificios  de aquella Capital por efpacio de un minuto: (poco mas) Que la gran Torre de fu iglefia Metropolitana, llamada el Micalete, fin embargo de la efpecial robuftez de fu fábrica, fe conmovió por nueve veces, y otros tantos golpes dio el martillo, feparado de su campana mayor, lo que consternó y pufo con la novedad en turbación a todo el Pueblo”.

Teodoro Lorente también recoge la destrucción en otras poblaciones:

 “En Enguera, Vallada, Canals, Sellent y demás pueblos de la costera, el terremoto registró una gran intensidad, produciendo desastres, derrumbándose casas, iglesias, campanarios, desprendimiento de peñas….abrió grandes grietas en la tierra, llegando a alcanzar una longitud de una legua”.

En Xixona también se percibió el seismo y así lo narró al pleno de corporación municipal celebrado el 29 de marzo, es decir 6 días después de la primera réplica, el regidor Leonardo García: “que el sábado día veintitrés de este, entre las siete de la mañana, se percibió en esta ciudad un terremoto, pero en muchos fue imperceptible, de suerte que apenas se advirtió, pero en los lugares camino de Valencia, se fue aumentando tanto que en el castillo de la Virgen de Montesa, se desplomó la iglesia, refectorio y la mayor parte de la habitación de los frailes de suerte que perecieron en las ruinas según noticias ciertas todos los frailes a excepción de cuatro, y algunos sirvientes y en los lugares convecinos en la ciudad de San Felipe y su huerta y otros lugares más distantes han padecido muchísimo por los estragos que han experimentado, lo que ha causado un lamento general, y supuesto que la divina providencia ha libertado a esta ciudad de semejante contratiempo, parece muy justo y demás que la ciudad le tribute gracias con asistencia de los patronos de la iglesia parroquial y a un mismo tiempo del reverendo clero y demás.

Y en su inteligencia acordaron de una conformidad, se pase recado al reverendo clero para que se sirva celebrar una misa de gracias con asistencia de los patronos de esta ciudad, señor san Bartolomé y el señor san Sebastián, y después concluida se cante el Tedéum y se haga procesión claustral”.

La segunda gran réplica del día 2 de abril hizo incrementar el temor entre los regidores jijonencos por los que en la sesión plenaria del 4 de abril el regidor Vicene Picó propuso a sus compañeros; “(…) hacer una función de gracias acordada en el antecedente Cabildo, pero que la función de Procesión sea por las calles acostumbradas, y no claustral, y también con Señor Sacramentado y los mismos Patrono, que se cante del Te-Deum con sus acciones de gracias”. En regidor propuso que junto con la función religiosa agradeciendo la intervención divina por la que la ciudad no se vio afectada se realice una procesión general por las calles de la ciudad en vez de sólo por el interior del templo parroquial y que junto a las imágenes de los patronos de la ciudad procesione también el Santísimo Sacramento.

Se trató de uno de los terremotos más graves de la historia valenciana debido a la importancia de los daños materiales.

BIBLIOGRAFÍA:

UDÍAS, Agustín, BUFORN, Elisa, El terremoto de Montesa del 23 de marzo de 1748, a partir de documentos contemporáneos, Madrid: Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG), 2018

Bernardo Garrigós Sirvent, cronista oficial de Xixona.

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