La asonada de Juan Poveda en 1907. Conflictos por el agua del río Montnegre(y2)

5.-LOS ACONTECIMIENTOS POSTERIORES A LA AGRESIÓN

Al día siguiente de producirse el motín a las 9 de la mañana se convocó una reunión extraordinaria del pleno de la corporación para “someter a la consideración del Ayuntamiento la conducta observada por la Alcaldía con motivo de los lamentables sucesos desarrollados en el día de ayer”. Debido a la importancia del asunto a tratar asistieron el alcalde y 9 de los concejales, es decir casi la totalidad de los componentes del gobierno municipal.

El primero en intervenir fue el alcalde, Jaime Monerris Sirvent, quien explicó lo ocurrido y analizó su conducta. Seguidamente fue el primer teniente de alcalde, Luis Planelles García, quien asumió la presidencia de la sesión y el alcalde abandonó la sala para que los concejales pudieran discutir sobre el asunto planteado. Los concejales tras una breve deliberación acordaron por unanimidad aprobar la conducta seguida por el alcalde, “en vista de que carecía de suficientes fuerzas para impedir que el motín tomara las proporciones que alcanzó”. Es decir, las fuerzas vivas del gobierno municipal hicieron piña y defendieron la actuación del alcalde ante las críticas que ya se comenzaban a publicar en los medios de comunicación. También reprobaron la actuación de sus vecinos, empleando estas palabras: “haber visto con el mayor disgusto el motín producido en el día de ayer, impropio de toda población culta, haciendo constar al efecto su más enérgica protesta”.   

Pantano de Tibi. Fotografía de Manolo Valero.

Como hemos leído hasta ahora la situación era alarmante y si bien el fuego se había apagado con la actuación de la Guardia Civil quedaban los rescoldos y sólo faltaban una bocanada de aire para que tomara fuerza el enfrentamiento latente entre el Sindicato de Riegos de la Huerta de Alicante y los regantes de Montnegre.

El jueves 22 de agosto los labradores de Montnegre se dirigieron a la vecina población de San Juan al mercado semanal. Tras montar sus paradas de frutas y hortalizas se produjo un incidente: “El vecindario de la vecina villa, (…) la emprendieron a palos con los de Monnegre, vengando así los agravios que con ellos tienen por lo que con D. Juan Poveda se ha hecho en Jijona”. Al verse sorprendidos los vendedores de Montnegre huyeron abandonando sus mercancías. Sólo la intervención del alcalde de San Juan impidió que los hechos pasaran a mayores. Desde el mismo periódico se incitaba a la calma: “El tacto de las autoridades y la prudencia de todos puede poner fin al presente estado de cosas”.  Los columnistas de El Graduador no tuvieron ningún reparo en denunciar estos sucesos: “los pueblos de cerca de Alicante, no deben en ningún caso sujetarse al de San Juan, que ha hecho muy mal no dejando vender su mercancía a los de industriales de Jijona”. Además daban a entender que no se trataba de un incidente aislado fruto de la pasión y del desasosiego, si no de una campaña orquestada y premeditada: “Los días de mercado parece que hay la idea de no dejar vender su mercancía a los jijonencos en los pueblos de San Juan, Muchamiel y Villafranqueza”. Seguidamente pidieron a los alcaldes de estas poblaciones que tomaran las medidas adecuadas para que no se produjeran estos incidentes y los jijonencos vendieran sus mercancías libremente.

Huerta en Montnegre de Dalt.

Ese mismo día 22 de agosto mientras ocurrían los desafortunados incidentes de San Juan se personaban en la villa Marco el juez de instrucción, el fiscal y el escribano Eusebio Pinedo para tomar declaración a Juan Poveda, que todavía estaba convaleciente y formular la denuncia, que se dirigió “contra el alcalde y primer teniente de alcalde de Jijona, a quienes considera como únicos culpables”. Además el juez recogió las primeras pruebas: ”El juez se ha incautado del traje que llevaba el Sr. Poveda cuando fue agredido. Está lleno de sangres y tiene muchas rasgaduras”.

Juan Poveda poco a poco fue recuperándose de sus heridas en su finca, Villa Marco. Allí recibió la visita de sus amigos y partidarios e incluso el propio ministro de la Gobernación, a través de un telegrama se interesó, por su estado de salud y le prometió que caería el peso de la ley sobre los culpables “los cuales procurará no queden impunes”. El Ayuntamiento de Alicante en su sesión del 30 de agosto manifestó su repulsa a la agresión. Los concejales alicantinos Alfredo de Rojas, José Más Bonmatí y Mendaro fueron comisionados por el pleno para visitar a Juan Poveda y comunicarle el acuerdo municipal.

También se organizaron diferentes acciones encaminadas a reponer la moral del senador. Algunas de ellas de carácter religioso. El 28 de agosto se organizó en la colegiata de San Nicolás de Alicante una misa “en acción de gracias al Todopoderoso por haber librado su vida de la injustificada agresión de que fue objeto hace unos días en Jijona”. El día 1 de septiembre le tocó el turno a la parroquia de San Juan, donde se ofició otra misa en acción de gracias.

Vista aérea de Alicante.

Otras acciones fueron de índole artística. El joven escultor Rafael Ángel Juan Planelles realizó un trabajo naturalista en barro que representaba a San Bernardo Abad y que dedicó a la esposa de Juan Poveda. La obra lleva por fecha el “20 de Agosto de 1907 y es recordatoria del atentado de que fue víctima en Jijona el Sr. Poveda, del que se libró milagrosamente”.

El día 2 de septiembre Juan Poveda ya se encuentra prácticamente restablecido de sus heridas y visita la capital provincial.

La agresión a Juan Poveda se produjo en la antesala de las fiestas de moros y cristianos, que este año de 1907 se programaron desde el día 23 al 29 de agosto. Con la finalidad de publicitar esta celebración se realizaron carteles ”anunciadas en bonitos carteles confeccionados en la litografía Ortega de Valencia”. La trilogía festera se programó para los días 23, 24 y 25 de agosto. Desde el día 26 al 29 de agosto se organizaron diferentes actividades culturales: teatro, “disparo de castillo de fuegos artificiales y exhibiciones del cinematógrafo público”.

Escuadra dels Moros Verds en l’Entrà al inicio del carrer El Vall. Principios del siglo XX

El Ayuntamiento parece que debido al trabajo que suponía preparar las fiestas y a la necesidad de reflexionar sobre lo ocurrido fue atrasando el rendimiento de explicaciones al gobernador civil. Desde el Gobierno Civil no se aceptaron más excusas y el sábado 24 de agosto enviaron una misiva solicitando un informe, cuya remisión debería ser instantánea. Ello se deduce del Libro de registros de salidas del consistorio; puesto que se envía una carta de contestación a la máxima autoridad provincial el domingo 25, tercer día de fiestas de Moros y Cristianos.

Aunque no conservamos la carta sí que hemos encontrado un extracto de la misma en dicho registro.  En opinión del consistorio no se podía indicar que había sido una acción premeditada contra la persona de Juan Poveda, como se había insinuado en la prensa,  ya que: “se ignoraba se tratara de atentar contra la persona del señor Poveda pues hasta se desconocía pudiera reunir, puesto que el indicado día deberá estar practicando prueba en el término de Tibi”. Las fuerzas de orden público municipales eran escasas para sofocar tal rebelión, como ya se había explicado en la sesión plenaria del 21 de agosto. Por último señalaba como causante del motín la propia actitud de Juan Poveda cuando se paseo por la ciudad ese fatídico día 20 de agosto: “en concepto de esta alcaldía las causas del alboroto fueron las provocaciones de obra y palabra  realizada por el Señor Poveda considerado como causante de la miseria de Monnegre en quien el pueblo verá al responsable de su ruina que además se abrevia a presentarse en sus casas provocándoles con sus intemperancias, que fue esta la causa, por que el domingo anterior estuvo aquí y nadie le molestó porque entonces observó actitud correcta”.

6.-¿HUBO UNA TRAMA POLÍTICA?

Desde algunos medios de comunicación se dejó entrever que la agresión tuvo su trasfondo en las luchas políticas de diferentes fracciones dentro del partido conservador. En esta línea apuntó el periódico Unión Republicana, quien dice: “las luchas políticas entre povedistas y sus enemigos han llegado a tal estado de excitación que, no ya en la Junta de Regantes, en el seno de las familias, los individuos riñen batallas en defensa unos del cacicato de Poveda, y en contra, otros, de la preponderancia del senador por Ciudad Real”. En esta línea incide también el periódico Tierra Soriana, quien comenta: “Por discrepancias en la Junta de regantes vinieron a las manos los dos bandos conservadores que se disputan la preponderancia en Jijona”.

En algunas ocasiones se utilizó la prensa para atacar a Juan Poveda mediante versos y rimas, algunas de ellas hirientes. Muestra de que los enemigos políticos del senador, aunque inicialmente reprobaron la agresión pasado unos días no perdieron la ocasión para hacer leña del árbol caído. También hay que indicar que los jijonencos tampoco salíamos bien parados. 

Unos ejemplos serían: la publicada en El Radical. Diario Republicano (Almería): “Poveda, buena persona // y respetable señor // no se pode “senador” // sino “mártir por Jijona”. Más irónico es el publicado por Gedeón (Madrid) el 25 de agosto de 1907 en el que se indica que este año el turrón “duro” lo han fabricado los regantes de Montnegre y que Juan Poveda ha sufrido una indigestión al consumir toda la producción en una sentada gastronómica.

7.-LA INTERVENCIÓN DE JUAN POVEDA EN EL SENADO

Una vez repuesto del susto y de sus heridas Juan Poveda García no se quedó con las manos quietas, sino que usó todos los resortes del poder para pedir una investigación sobre lo sucedido y depurar las responsabilidades pertinentes. La Correspondencia de España del 10 de octubre nos dice que había presentado una interpelación al presidente del consejo de ministros sobre los sucesos ocurrido en Xixona. El ministro de la Gobernación intervino diciendo que a él correspondía contestar esta interpelación. Finalmente, el presidente del Gobierno decidió responder a la interpelación del senador previa autorización del presidente de dicha cámara. 

Montnegre de Dalt.

El 11 de octubre intervino Juan Poveda García en el Senado. Inicialmente describió todos los sucesos acaecidos y señaló como culpables de los mismos al gobernador civil de la provincia, al alcalde y al teniente de alcalde. Aunque puso su acento en las autoridades locales, puesto que el alcalde “había podido presenciarlo todo y no hizo nada por evitar el desarrollo de los sucesos”. En La Correspondencia de España las críticas contra el alcalde aumentaron de tono, ya que de la acusación de pasividad se pasa a la de connivencia con los asaltantes: “Todo esto fue presenciado por el alcalde desde el balcón de una casa, y lejos de cumplir con su deber, retiró los guardias municipales de que debía haber dispuesto para pacificar los ánimos y restablecer la tranquilidad”.

En segundo lugar expuso que se sentía indefenso, ya que a pesar de señalar a los culpables de la agresión no habían sido detenidos: “aún cuando él había dado las señas precisas de muchos de ellos”.

Diario de Alicante 12 de octubre de 1907

Para contestar a las opiniones vertidas por Juan Poveda tomó la palabra el presidente del Gobierno, señor Antonio Maura. Éste lamentó profundamente lo sucedido “que en su pecho, como en todos los pechos honrados, siente profunda indignación por los execrables hechos descritos”. Seguidamente expuso que no consideraba justas las críticas vertidas contra las autoridades, puesto que tanto el Gobernador como su secretario enviaron las fuerzas de orden público lo más pronto posible y “además que es monstruoso suponer que no se enviaron fuerzas, como objeto de dejar que se perpetrase la agresión”. Opinaba que la Justicia había actuado correctamente puesto que se han detenido a los autores y se ha nombrado un juez especial que instruye el caso. Y se compromete: “asegurando que el Gobierno procurará sea el castigo rápido y eficaz y alcance a cuantos tuvieron participación, más o menos directa, en los lamentables sucesos”.

Sin embargo, las explicaciones del presidente del Gobierno no fueron del agrado del demandante.

La intervención parlamentaria tuvo un especial seguimiento en los medios de comunicación nacional, ya que fue recogida en las páginas de los periódicos: ABC, La Correspondencia de España, El Radical y Diario de Alicante.

Con  la intervención en el Senado de Juan Poveda no finalizaron los incidentes, ya que se abrió un nuevo campo de batalla cuando desde los medios de comunicación de la capital de la provincia se acusó al gobierno municipal de actuar de forma ilícita y de presionar al industrial Rafael Soler, quien defendió a Juan Poveda ante la turba de exaltados. El periódico El Noticiero del día 11 de noviembre de 1907 indicaba que Rafael Soler se había visto implicado en un incidente de índole familiar y que las fuerzas de orden público se excedieron en su intervención y en su puesta a disposición judicial: “fue encontrado tranquilamente en su domicilio, cuando este fue rodeado con aparato imponente, por parejas de la guardia civil, municipales y alguaciles, en medio de los cuales, pasando un verdadero calvario, fue paseado por las calles de Jijona, y conducido al Juzgado, donde, después de recibirle declaración, fue puesto en libertad”. Desde las mismas páginas del periódico se pedía la intervención del gobernador para poner fin a los desafueros municipales: “que meta en cintura a esas autoridades “sui generis” que al mundo se han puesto por montera”.

Esta misma noticia fue recogida y publicada por La Correspondencia de Alicante del 12 de noviembre y por El Graduador en su edición del 15 de noviembre.

Pared del pantano de Tibi

8.-LA INSTRUCCIÓN DEL CASO 

Desafortunadamente no conservamos en el Archivo Municipal de Xixona el juicio contra los jijonencos detenidos por atentar contra el senador Juan Poveda. Algunas pequeñas notas y noticias de los periódicos, junto con las anotaciones en el Libro de registro de salidas del Ayuntamiento nos sirven de guía para saber cómo fue la instrucción del caso.

Inicialmente se hizo cargo del mismo el juzgado de instrucción de Jijona. Como hemos leído anteriormente el juez comenzó su tarea rápidamente y a los tres días ya había tomado declaración al agredido en su finca e iniciaba la recogida de pruebas. La actividad judicial no fue del agrado de Juan Poveda como así denunció en el Senado. Unos días más tarde  La Voz de Alicante anunció que el sumario que se seguía en el juzgado de instrucción de Jijona había concluido, aunque “no se ha dictado procesamiento alguno”.  Quizás ese fue el detonante para que el Gobierno se decidiera a cumplir la promesa que realizó su presidente en el Senado. 

Pared del Pantano de Tibi. Fotografía de Manolo Valero

Así el Gobierno nombró a un juez especial para que instruyera la causa. Éste se desplazó a nuestra ciudad para iniciar las pesquisas. Probablemente las investigaciones comenzaron a mediados de febrero de 1908. El 28 de dicho mes declararon ante el juez de instrucción el alcalde y el primer teniente de alcalde. Ambos se ratificaron en sus declaraciones iniciales, según el periódico La Correspondencia de Alicante.. Las primeras investigaciones se encaminaron a buscar los posibles instigadores de los hechos y así el juez especial solicitaba al Ayuntamiento una relación de las personas que habían ocupado la alcaldía desde 1900. Información que facilitó el consistorio el día 2 de marzo. Al mismo tiempo el juez también buscó a los autores materiales del atentado, aunque sus primeras pesquisas fueron infructuosas: “Participando (el Ayuntamiento) no han producido resultado satisfactorio las gestiones practicadas en averiguación de las personas que tomaron parte en los sucesos ocurridos el 20 de agosto y cuyas señas se habían comunicado”.

El 14 de julio de 1908 el juez amplió la relación de sospechosos y solicitó: “una relación de los habitantes de Monnegre que concurrieron al mercado el día 20 de agosto último y en su// defecto de una lista de los 20 primeros contribuyentes de aquellas partidas”.

El 21 de julio de 1908 falleció por causas naturales el Juez de Primera Instancia e Instrucción del partido judicial de Jijona, Vicente E. Llopis Miralles, quien instruía el caso del atentado contra el senador Juan Poveda García.

El Graduador 29 de julio de 1908

El Graduador del 29 de julio de 1908 nos informa que finalmente han sido procesados 8 jijonencos por el atentado contra el senador Poveda.

Si bien las noticias sobre la agresión de Juan Poveda surgieron en la prensa como una erupción volcánica en la que la lava incandescente iba expandiéndose, con el paso del tiempo y sobre todo con la retirada de la esfera política de Juan Poveda al finalizar la legislatura de 1907, fueron disolviéndose como unos azucarillos en el café. A partir de agosto de 1908 no hemos hallado ninguna noticia más por lo que desconocemos el desenlace final del juicio contra los inculpados. 

NOTA: Agradecemos de todo corazón a mi gran amigo y maravilloso fotógrafo Manolo Valero López https://www.flickr.com/photos/valeroxixona/ , por haberme dejado sus fotografías para ilustrar el artículo.

9.-BIBLIOGRAFÍA.

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“Cobarde agresión”, La Correspondencia de Alicante 21 de agosto de 1907.

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“Agresión cobarde”, El Graduador, 22 de agosto de 1907

 “Información”, La Cruz, 23 de agosto de 1907.

“Política. Dimisión”, El Graduador, 23 de agosto de 1907.

“Quien siembra vientos…“, Unión Republicana (Novelda), 24 de agosto de 1907.

“Senador apaleado”, Tierra Soriana, 26 de agosto de 1907.

 “Menudencias”, El Radical, 30 de agosto de 1907.

“Noticias”, Diario de Alicante, 6 de septiembre de 1907

“Senado. Viernes 11. Los sucesos de Jijona”, La Correspondencia de España, 12 de octubre de 1907.

“Senado. Final de la sesión del 11 de octubre”, ABC, 12 de octubre de 1907.

 “Senado. Viernes 11. Los sucesos de Jijona”, La Correspondencia de España ,12 de octubre de 1907.

“En Jijona”, Diario de Alicante, 12 de noviembre de 1907.

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