La reconstrucción de la iglesia de Xixona tras el incendio de 1971.

Una vez sofocado el incendiohttps://bgarrigos07.wordpress.com/2024/05/20/el-4-doctubre-de-1971-incendio-en-la-iglesia-deu-provira/ y sin pasar un día las autoridades civiles y religiosas se pusieron manos a la obra para reconstruir el templo parroquial y una tarea que se prolongó en el tiempo y que duró desde 1971 hasta agosto de 1979. Casi ocho años que se hicieron muy largos.

Las labores técnicas de la reconstrucción quedaron en manos de José Ibáñez, arquitecto municipal quien tras un estudio minucioso y rápido presentó un proyecto de reconstrucción el 7 de octubre. En este determinó que estructuralmente la zona que pudiera estar más afectada sería el testero, porque es el que sufrió un calor más intenso. El presupuesto de obra ascendía a 715.232,44 pesetas, pero no se incluía el Altar Mayor, que estimaba en unos tres millones de pesetas.

El 15 de octubre se formó la Junta Pro Restauración de la Iglesia Arciprestal de Xixona integrada por representantes de todas las entidades sociales y miembros relevantes de la sociedad jijonenca con el objetivo de recaudar fondos y asesorar en las tareas de reconstrucción.  En la primera reunión el párroco Francisco Munuera informó que la parroquia podía disponer de unas 600.000 pesetas, que junto con las 200.000 pesetas donadas por el Ayuntamiento, ya cubrían los gastos estructurales de la reparación, sólo faltaba conseguir fondos para lo más oneroso, el Altar Mayor. También se establecieron las primeras labores a realizar, desescombro del templo, retirada del yeso para hacer un nuevo enlucido en la nave central y restauración de la Capilla de la Comunión y la Sacristía, que sólo se habían visto afectadas por el humo y no por el fuego y el calor.

Para llevar a término la ingente labor que tenía encomendada la Junta Pro Restauración de la Iglesia Arciprestal de Xixona se dividió en cinco comisiones.

La Comisión de Presupuestos estaba formada por: Antonio Ibáñez Mira, Roberto Soler Cortés, Juan Aracil, Godofredo Candela, Manuel Climent, Pascual Sanchis, Manuel Jerez y el director de la Caja de Ahorros del Sureste.

La Comisión Técnica estaba integrada por: Antonio Ibáñez Baldó, arquitecto; José Colomina, aparejador; Vicente Verdú, Rafael Doménech, Daniel Jerez, Alfredo Serra, Gastón Mateo, José E. López Mira, Concepción Sirvent, Ángel Ferri Sanchis y Adolfo Miralles Mira.

La Comisión de Relaciones Públicas, estuvo compuesta por: Arturo Sirvent Miralles, alcalde; Roberto Cremades  Monerris, Fernando Galiana Carbonell, Antonio Cremades, Arturo Sanchis Sirvent, Francisco Sirvent, Amadeo Larios , María Rovira, Fernando Llorens Rejón, José Mira Forcada y José Llorens.

La Comisión de Informaciones, estuvo constituida por: Manuel Delgado, María Teresa Gironés, Amalia Picó, Francisco Jiménez Sánchez, Eduardo Barrachina, Antonio Monerris Hernández y Alfonso Soler Coloma.

La Comisión de Medios de Recaudación la formaron: Francisco Ibáñez, Teresa Soler Galiana, Pilar Planelles, Encarnación Monerris, Enrique Mira, Antonio Bernabeu, José López Mira, Virgilio Picó Sirvent, Ángeles Sirvent, Irene Mira, Federico Mira, Fernando Ballester, Ricardo Gisbert, Luisa Cremades Monerris, Gloria Galiana, Concepción de Caso, Alberto López Mira, Concepción Gisbert y Concepción Sirvent.

El desastre no fue óbice para suspender las celebraciones religiosas y dejar desatendida a la parroquia jijonenca. Las misas diarias se celebraron en la capilla del Asilo Vicente Cabrera, pero para las celebraciones litúrgicas de los domingos se acondicionó mínimamente el exconvento de la Mare de Déu de l’Orito, mientras se trabajaba en el templo parroquial en adecentar y acondicionar la nave central y la zona del altar.

La Junta Parroquial finalmente contrató a la empresa constructora local de Manuel Jerez Galiana quien presentó un presupuesto de obras el 10 de diciembre de 1971 de 1.370.247,34 pesetas, en el que no se incluía la construcción de Altar Mayor, pero si todos aquellos trabajos previos que facilitaran su montaje. Este presupuesto excedía en más de la mitad el presupuesto previsto por el arquitecto municipal, de 800.000 pesetas.

Fue José H Verdú Candela, quien puso en contacto al cura párroco de Xixona, Francisco Munuera y al afamado escultor valenciano, Octavio Vicent Cortina. En favor de José H Verdú jugaba el hecho de que había sido alumno de Octavio Vicent en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Octavio Vicent era un excelente académico y catedrático, que tenía una amplia experiencia en obras religiosas como La Virgen de los Desamparados y los Ángeles de la Real Basílica de Valencia o el Vía Crucis Monumental para los padres Carmelitas Descalzos de Managua. 

Fue Francisco Munuera quien expuso al escultor que su intención no era una reconstrucción del altar anterior; sino más bien dejar en el retablo una lección de Teología, es decir un monumento artístico que sirviera de lección cultural. Pensaba que el material empleado debería ser noble y que permitiera una amplia perduración en el tiempo. Aunque inicialmente se pensó en el mármol, pero al tenerse que traer desde Italia, se acordó que para abaratar costes se debía emplear la caliza, de similares características y estética al mármol. El construir el altar con caliza suponía una apuesta arriesgada, al renunciar a un altar de tipo barroco y profusamente policromado y decantarse por un tono monocromo en blanco. Además, la propuesta teológica era muy distinta a la precedente al presentar al pueblo de Dios acercándose a la Virgen María.

El acuerdo con el escultor fue total y el 11 de noviembre de 1971 se firmó el contrato. Por parte de la Junta Parroquial estampó su signatura Arturo Sanchis Sirvent y actuó como avalista Roberto Soler Cortés. El presupuesto fue de 2.550.000 pesetas que quedaron desglosadas de la siguiente forma: 

Trabajos previos, modelado, talla e imprevistos 1.300.000 pesetas.

Piedra y transporte al taller 500.000 pesetas.

Transporte del retablo y colocación en la parroquia 200.000 pesetas.

Fundición en bronce de la Virgen de la Asunción y sus ángeles 300.000 pesetas.

Chapado del frontis y mesa del altar 250.000 pesetas. 

En este contrato también se establecieron las condiciones de pago. A la firma del contrato se pagaron 800.000 pesetas. Cuando se hubiera fundido la Virgen de la Asunción y los ángeles se le entregarían 400.000 pesetas, pero que deberían llegar a Xixona antes de agosto de 1973. Otras 300.000 pesetas cuando llegara el retablo al templo y las últimas 400.000 pesetas al completar la colocación del Altar Mayor. En este contrato se preveía que el altar estuviera terminado el 15 de julio de 1974.

Al mismo tiempo que comenzaron las obras de construcción del retablo del Altar Mayor se iniciaron los trabajos para restaurar los altares laterales que habían quedado seriamente afectados por el humo y estaban ennegrecidos.

El escultor alicantino Remigio Soler López, domiciliado en la cooperativa San Gabriel Arcángel grupo 13-A de Alicante presentó el 15 de febrero de 1972 un presupuesto para “dorar, pintar y patinar con calidades de mármol, entrepaños, etc.“,  los siguientes altares que fueron clasificados por sus dimensiones:

AltarImagenPesetas
Altar primero (grande)San Sebastián200.000 
Altar segundo (grande)San Vicente200.000
Altar primero (mediano)Inmaculada140.000
Altar segundo (mediano)San José140.000
Altar primero (pequeño)Virgen del Rosario125.000
Altar segundo (pequeño)San Francisco100.000
TOTAL905.000

En este presupuesto no se incluía la restauración de los cuadros al óleo de los altares; aunque se proponía que si estaban muy quemados serían sustituidos por paneles de madera decorada.

Remigio Soler presentó, con la misma fecha que el presupuesto anterior, otro para la restauración de las imágenes más afectadas.

ImagenTamañoPresupuesto /pesetas
San Vicente3 metros30.000 
Virgen del Carmen1 metros15.000
San Francisco1,60 metros16.000
San Antonio1 metro15.000
San José2 metros30.000
Corazón de Jesús1,50 metros16.000
Cristo en la Cruz1,50 metros13.000
TOTAL135.000

La empresa alcoyana de Francisco Sempere Baldó, especialista en bronces y metales artísticos, fue la encargada de limpiar y restaurar el sagrario y las andas de San Sebastián por un total de 59.915 pesetas.

Fue Francisco Munuera quien en agosto de 1972 expuso por primera vez a los jijonencos en su tradicional artículo del Programa de Fiestas de Moros y Cristianos su gran pesar por la magnitud del desastre: “No hará falta recordaros porque muchos lo visteis, el aspecto tan desolador que ofrecía nuestra Iglesia cuando al día siguiente pudimos comprobar en su totalidad los efectos del fuego, del calor desarrollado y del intenso humo. Aquello no era una Iglesia, era una imagen dantesca, una pesadilla…” Seguidamente agradeció la respuesta generosa de los jijonencos quienes se volcaron en su reconstrucción y en la aportación de donativos: “la gran satisfacción de ver la respuesta amplia y generosa del noble pueblo de Jijona que, sin hipérbole, ha hecho suya la tarea de reconstruir lo mucho que destruyeron las llamas. El esfuerzo realizado hasta ahora no tiene precedentes ni, posiblemente, comparación”. 

El párroco aprovechó esta magnífica ocasión de dirigirse al conjunto de la ciudadanía y explicó las líneas básicas del nuevo Altar Mayor, porque los cambios iban a ser sustanciales tanto en el aspecto material como en el espiritual: “A este fin el retablo será eso: un monumento escultórico con los materiales más nobles y duraderos, cuya composición explique ante el pueblo una lección, la principal lección de vida cristiana”.

Imagen de San Sebatián tras el incendio.

El artículo se complementaba con unas imágenes que tocaban la fibra sensible de los jijonencos, en la página de la izquierda se imprimió en blanco y negro dos fotografías en las que podía contemplarse el antes y el después del incendio y en la página de la derecha, donde aparecía el artículo, este se dividió en dos columnas ocupando la de la izquierda el texto y la otra, una fotografía a color de la talla de madera de San Sebastián ennegrecida por el efecto del humo.

Octavio Vicent se puso manos a la obra y comenzó con la construcción de un boceto en escayola. En julio de 1972 el boceto definitivo estaba prácticamente concluido como así se publicó en una entrevista con el cura Francisco Munuera en el boletín Guai o en el especial de fiestas de Moros y Cristianos de La Verdad

Tras las tareas de limpieza y consolidación de los muros afectados siguió la reconstrucción de los altares laterales de la nave principal de la iglesia que se habían visto afectados fundamentalmente por el humo. 

Capilla Virgen del Rosario

En el verano de 1972 la recaudación de donativos iba por muy buen camino, puesto que se habían recaudado 4.200.000 pesetas y no había sido necesario recurrir a la venta de los bienes muebles que poseía la parroquia como: el teatret, el campo de fútbol o la academia.

El domingo 15 de octubre de 1972 con la presencia del obispo de la diócesis Orihuela-Alicante, Pablo Barrachina Estevan se procedió solemnemente al traslado del Santísimo desde la improvisada iglesia en el antiguo convento franciscano a la iglesia parroquial. Como comentaba el Guai resultaba chocante el contraste que vieron los feligreses al entrar de nuevo en el templo: “La iglesia nos recibió acogedora y grandiosa en su recién estrenada blancura, sólo nos recordaban el desastre los aún ennegrecidos Altares laterales rodeados de extraños andamiajes”.

Para facilitar la instalación del nuevo Altar Mayor la pared en la que se apoyaba fue recubierta por una nueva capa de ladrillo. Para oficiar las celebraciones religiosas se dispuso sobre dicha pared un crucifijo, por lo que este altar provisional resultaba ser sumamente sencillo, si lo comparamos con el anterior retablo barroco. 

El cura incluso llegó a recordar una divertida anécdota sobre este altar provisional en el programa de fiestas de 1974, decía así: “A este propósito recordaré siempre, y lo refiero con simpatía, la gracia que me hizo un abuelo de nuestro pueblo cuando el 15 de octubre de 1972, terminadas las obras de albañilería y abiertas de nuevo al culto las puertas de la Iglesia, pudo nuestro hombre ver que donde tenía que haber ido el Retablo del Altar Mayor, había un montón inmenso de ladrillos formando una pared que sostenía un crucifijo, y, ni corto ni perezoso dice lo siguiente: Hay que vore, en el dinés que s’han arreplegat y lo poquet que s’han calfat el cap pa fer el altar ixe q’han fet…”.

Para la recaudación de fondos se idearon un sinfín de sorteos y rifas. Una de las más recordadas fue la realizada en conmemoración de las fiestas de moros y cristianos de 1972. En este caso se pretendía involucrar directamente a las 9 filaes que integraban el elenco festero. Cabe recordar que la filà Cavallers del Cid participaría por primera vez en estas celebraciones y no intervino en la rifa. Las filaes donaban graciosamente una pareja de muñecos vestidos con sus trajes oficiales y se encargaban de la venta de las papeletas. Para complementar este sentimental premio al vencedor se le obsequiaba con algún regalo más. Los muñecos fueron expuestos en el escaparate de un conocido y céntrico comercio de la Plaça.

Según la investigadora Beatriz Vázquez (2017:200) fue en 1973 cuando Octavio Vicent comenzó a esculpir su obra de mayor envergadura, el retablo del Altar Mayor de nuestra iglesia parroquial.

Según el contrato el altar mayor debería estar finalizado el 15 de julio de 1974, previendo posiblemente su inauguración para las fiestas de agosto; sin embargo, no fue posible debido a las complicaciones técnicas de un retablo de tan grandes dimensiones y como reconocía el propio escultor: “porque no encuentras mano de obra especializada”. 

Durante el mes de agosto el escultor y su equipo estuvieron colocando algunas partes del retablo. De hecho, el 14 de agosto Octavio Vicent recibió 500.000 pesetas y asistió a las fiestas de moros y cristianos los días 24, 25 y 26 de agosto. Aunque todavía no se había instalado la totalidad del retablo, sí que estaba ya dispuesta en su lugar la imagen de bronce de la Virgen de la Asunción fundida por Ricardo Renovell, titular de la parroquia. Es por ello que se decidió celebrar su efeméride y los avances en la construcción del retablo con la actuación el 15 de agosto, tras la misa de las 20.00 horas, del Orfeón Alcoyano dirigido por Gregorio Casasempere

La colocación de la virgen fue un motivo de alegría y orgullo para el cura párroco como así manifestaba en su saluda del programa de fiestas de 1974: “la novedad gratísima para todos los jijonencos (…) de encontrar de nuevo en el mejor lugar de la Iglesia, la imagen espléndida de su Titular, Ntra. Sra. de la Asunción, realizada en bronce, según diseño del artista valenciano D. Octavio Vicent Cortina. Dicha imagen, como sostenida por dos ángeles, emerge del lugar de su dormición ante la mirada atónita de los Apóstoles, que, fijos en la piedra cordobesa por la imaginación y la mano hábil del escultor, la contemplan ascendiendo entre asombrados y gozosos”.

A pesar de esta inauguración y de que los jijonencos pudieron comprobar la evolución de la colocación del Altar Mayor la incertidumbre no disminuía. Octavio Vicent quiso calmarla y en una entrevista dada al periódico La Verdad y publicada la víspera de la trilogía festera anunciaba: “Si no sucede nada, para el 15 de agosto de 1975 tiene que estar ya todo colocado”.

Pasó un año y prácticamente no había novedades respecto a la culminación del Altar Mayor. El párroco, Francisco Munuera no pudo esconder su malestar y desilusión como así hizo patente en su saluda del Programa de Fiestas de Moros y Cristianos de 1975. Artículo cuyo título “Lentitud” es una declaración de intenciones. El texto comienza con un párrafo demoledor: “Son muchas las personas que, sobre todo en estos días anteriores a las Fiestas de agosto, me preguntan sobre cuándo se termina el Altar. Suelo responder, a veces, en mi valenciano casi irreconocible, que “el Altar lo verán terminado vuestros nietos”. Es una exageración evidente y, a Dios gracias, muy lejos de la realidad”. 

Seguidamente se lamentaba de no poder inaugurar este inmenso retablo durante las fiestas y justifica el retraso de las obras en la monumentalidad de la misma, puesto que el altar estará formado por cuarenta figuras, algunas de dos metros de altura distribuidas en 6 cuadros escénicos. Según el párroco faltaba todavía algunas imágenes de los apóstoles y los grupos de la Anunciación y de la Piedad, que se situarían a la derecha e izquierda de la imagen en bronce de la Virgen, con ello “quedará cubierto hasta la altura de la cabeza de la Virgen, lugar donde se inicia el medio punto, más o menos”. 

Siguiendo esta descripción y comparando con las fotografías publicadas en el especial de fiestas de 1974 en un año no se había avanzado nada, lógica la decepción manifestada por el cura. Finalmente, en este saluda al pueblo de Xixona publicado en su revista más emblemática, el programa de fiestas, Francisco Munuera no se atrevió a fijar una fecha sobre la finalización del Altar Mayor: “Esperemos que el día jubiloso para la noble Jijona de la culminación de las obras de restauración de su Templo parroquial, no esté ya muy lejano”.

Según Francisco Baños (1995:145), el retablo quedó terminado en 1976. Pensamos que en 1976 terminó el trabajo escultórico de Octavio Vicente, colocándose las partes que faltaban; aunque tuvieron que pasar un par de años para dar por concluida la obra. 

Francisco Munuera, párroco de Xixona no dio por concluida la construcción del nuevo retablo del Altar Mayor hasta las fiestas de moros y cristianos de agosto de 1979, cuando se tuvo ocasión de ”inaugurar la nueva mesa del Altar mayor, el ambón para proclamar la Palabra, la mesita accesorio o credencia, la sede para los celebrantes y el piso de la zona del Altar mayor”. Todos estos elementos necesarios para la terminación del retablo y para que se pudieran oficiar todas las celebraciones de la forma más adecuada a la liturgia fueron realizados por la casa Belloso de Valencia. El contrato fue firmado el 22 de mayo de 1979, el presupuesto fue de 1.008.063 pesetas y el plazo de ejecución terminaba el 30 de junio. 

Altar Mayor de la Iglesia Parroquial de Xixona

El balance de la restauración del templo parroquial fue el siguiente

ENTRADAS

CONCEPTOPESETAS
Donativos totales6.363.676,97
Beneficios de rifas y loterías  687.800,00
Intereses bancarios 316.253,49
TOTAL7.367.730,46

GASTOS

CONCEPTOPESETAS
Obras albañilería3.096.016,47
Retablo en piedra del Altar Mayor2.200.000,00
Mesa altar, ambón, etc.1.008.063,00
Altares laterales 482.500,00
Imágenes 177.410,00
Sagrario y andas 52.998,00
Comulgatorio, bancos, campanas y órgano 26.592,00
Puertas capilla y laterales Altar Mayor 93.010,00
Apliques y bronces 101.466,00
Instalación eléctrica 101.187,00
Gastos varios menudos 28.301,40
Gastos bancarios 1,44
TOTAL7.367.545.31
CONCEPTOPESETAS
Ingresos 7.367.730,46
Gastos7.367.545,31
Balance a favor 185,15

Las 185,15 pesetas del balance fueron transferidas a la cuenta bancaria de la parroquia.

Aparte de estos gastos que pasaron por el conducto oficial de la Comisión Pro Restauración del Templo Parroquial hubo otros que fueron pagados directamente por particulares. Estos gastos son los siguientes

CONCEPTOPESETAS
Restauración del Altar lateral de San Sebastián200.000,00
Restauración del Altar lateral de San Vicente200.000,00
Restauración del Altar lateral de San Francisco150.000,00
Restauración del Altar lateral de la Virgen de los Desamparados225.000,00
Vidriera artística 30.000,00
Bonificación sobre facturas 46.477,00
Honorarios profesionales no percibidos 82.409,46
TOTAL933.886,46

Si sumamos los gastos gestionados directamente por la Junta Pro Restauración del Templo Parroquial 7.367.545,31 pesetas y los sufragados por particulares directamente 933.886,46 pesetas elevan el coste total de las obras a 8.301.431.77 pesetas.

Bernardo Garrigós Sirvent, cronista oficial de Xixona.

BIBLIOGRAFÍA

BAÑOS, F., ”Retablo de la Parroquia Arciprestal de Nuestra Señora de la Asunción de Jijona. Obra de Octavio Vicent”, Archivo de Arte Valenciano, 1995, pp.143-145.

CARMONA, Josep; «S’ha cremat l’esglèsia de meu poble vell. Records personals d’una trista nit,ara fa 50 anys», El Programa, Xixona, Federació de Sant Bartomeu i Sant Sebastià, 2022, págs 237-238.

DELGADO, M, “Avanzadas las obras de restauración del templo parroquial”, Especial Fiestas de Moros y Cristianos. La Verdad, 21 de agosto de 1972.

GARRIGÓS SIRVENT,Bernardo, «El 4 de octubre de 1971. Déu provirà!», El Programa, Xixona, Federació de Sant Bartomeu i Sant Sebastià, 2022, págs 138-149.

GUAI, “Inaugurada la Iglesia”, Guai, nº 8, Xixona, Comisión de cultural del Consejo Local del Movimiento, octubre 1972, página 1.

GUAI, “Noticias jijonencas del mes de Agosto”, Guai nº 30, Consejo Local del Movimiento, agosto 1974, página 3

LA VERDAD, (Entrevista con Octavio Vicent) “Colocada ya una parte. El retablo del Altar Mayor estará terminado el próximo agosto”, La Verdad. Especial Fiestas de Moros y Cristianos de Xixona, 23 de agosto de 1974, página 19.

MUNUERA, Francisco, ”Deu provirá”, Programa de Fiestas de Moros y Cristianos, Xixona, Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Xixona, 1972, 1 página.

MUNUERA, Francisco, ”[Saluda del] arcipreste”, Programa de Fiestas de Moros y Cristianos, Xixona, Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Xixona, 1974, 1 página.

MUNUERA, Francisco, ”Lentitud”, Programa de Fiestas de Moros y Cristianos, Xixona, Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Xixona, 1975, 1 página.

MUNUERA, Francisco, “[Saluda del párroco]”, Programa de Fiestas de Moros y Cristianos, Xixona, Comisión de Fiestas del Ayuntamiento de Xixona, 1979, 1 página.

SOLER COLOMA, Alfonso, “Preguntas y respuestas. Don Francisco Munuera Morales”, Guai nº 7, Xixona, Consejo Local del Movimiento, septiembre de 1972, página 3.

VÁZQUEZ, Beatriz, El escultor Octavio Vicent Cortina, tesis doctoral defendida en la Universidad de Valencia en 2017, dirigida por: Román de la Calle, José Martín Martínez y Francisco Carlos Bueno Camejo, pág. 651.

Bernardo Garrigós Sirvent, cronista oficial de Xixona, #cronistasoficiales.

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